Tertulias nocturnas: ¿Dónde está el policía?

 

 

 

 

Entre tragos, cigarros, humo y bellas mujeres, encontramos más de lo que andabamos buscando.

Por Carolina Chacra, Felipe Jofré y Daniela Bustos

¡No puedo creer que no se hayan dado cuenta antes!

Luego de un año de la visita a Chile con el fin de irnos de juerga, los policías de investigación chilena nos llevaron a un conocido Night Club, Lucas Bar. Nos dijieron que un Alto Dirigente de la Vida Nocturna Santiaguina (ADVDS), Óscar Gutiérrez -más conocido como Subdirector Operativo de la PDI– nos llevaría al lugar, siendo el más capacitado para dejarnos peritos en el tema. La prensa, desempolvando el baúl de los recuerdos, encontró la foto del atinado Oscarito, a quien se le ocurrió estacionar su auto en la entrada del local. Luego de este rasca alboroto, a mi amigo se le ocurrió justificarlo con un supuesto «intercambio de información» con nosotros, acerca de los «eurolanzas» que supuestamente luego de cometer sus respectivos delitos, gastaban lo obtenido en recintos como éste. Ahora pienso, ¿¡quién demonios son los eurolanzas?! ¿Son europeos que roban en Chile? o ¿lanzas chilenos que roban en Europa?
Lo que sí está claro, es que no es una red de crímenes organizados internacionalemnte, que necesite un intercambio de policías de distintos países para entender su forma de actuar –unos cuantos tirones de carteras, robos de celulares y documentos-.

Además, hoy nos percatamos que la excusa que dió Gutiérrez, con el fin de subirle un poco el pelo al asunto, terminó siendo la menos creíble de todas las que se le pudieron haber ocurrido.

Sin embargo, sin desmerecerlos, en aquel local sí conocimos a los verdaderos lanzas chilenos, siendo así muy diferentes a los de Europa o a cómo los imaginabamos. Aquí, andan en bikinis, tacones altos y mucho maquillaje, utilizando su voz dulce y un par de grandes encantos para que, en un abrir y cerrar de ojos, te dejen sin fondo alguno…todo por arte de «magia».

En fin, en algo no mintió mi amigo, los españoles sí queriamos conocer la vida nocturna santiaguina y sí que lo hicimos 1313.

Recuerdos de la juerga.